venerdì 29 dicembre 2006

Requiem Aeternum

un mese fa mi ha abbandonato mio padre.
ciò spiega questo silenzio.
e ora sono qui a girare in casa, e ogni oggetto dice: Babbo! con voce sgomenta.
nessuna altra parola, se non che in cielo, direttamente dopo Dio, viene Papà (come diceva Mozart).

per te, amore mio.
Delia Elena San Marco
Nos despedimos en una de las esquinas del Once.
Desde la otra vereda volví a mirar;
usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano.

Un río de vehículos y de gente corría entre nosotros;
eran las cinco de una tarde cualquiera;
cómo iba yo a saber que aquel río
era el triste Aqueronte, el insuperable.
Ya no nos vimos y un año después usted había muerto.
Y ahora yo busco esa memoria y la miro y pienso que era falsa
y que detrás de la despedida trivial estaba la infinita separación.
Anoche no salí después de comer y releí,
para comprender estas cosas,
la última enseñanza que Platón pone en boca de su maestro.
Leí que el alma puede huir cuando muere la carne.
Y ahora no sé si la verdad está en la aciaga interpretación ulterior o en la despedida inocente.
Porque si no mueren las almas,
está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis.
Decirse adiós es negar la separación, es decir:
Hoy jugamos a separarnos pero nos veremos mañana.
Los hombres inventaron el adiós
porque se saben de algún modo inmortales,
aunque se juzguen contingentes y efímeros.

Delia: alguna vez anudaremos ¿junto a qué río? este diálogo incierto y nos preguntaremos si alguna vez, en una ciudad que se perdía en una llanura, fuimos Borges y Delia.

Jorge Luis Borges - El Hacedor



Ti amerò per sempre.

1 commento:

Anonimo ha detto...

Guau!!!!! Que de puta madre Nau. Cada vez me gusta más Borges XD.

Ánimo Chalá!!!! Mi manchi tanto!!!!